Si alguien quisiera saber que se sentiría vivir en una ciudad como la Antigua Atenas, tendría que venir a vivir a Boston. En poco tiempo comprendería que esto es otro mundo. Identificada como referente educativo universitario dada la presencia de las dos universidades más importantes del mundo MIT y Harvard, y también Boston College.
En los pocos días que llevo en esta hermosa ciudad, he podido percibir, que una de sus grandes riquezas es la gente, muy amable y colaboradores y extremadamente diversos, en el solo curso que estoy realizando en Umass, estudio con chinos, vietnamitas, árabes, coreanos, y que sorpresa cuatro colombianos. El sistema público de transporte es extremadamente organizado y puntual, y de muy fácil acceso, sin saber hablar el idioma considero que cualquier ciudadano del mundo puede desplazarse por la ciudad sin ninguna dificultad.
Las universidades y la ciudad están sectorizadas por condiciones étnicas, raciales y culturales, muchas de ellas con el objeto de superar hechos de discriminación racial del pasado, algunas zonas como Dorchester, son predominantemente afroamericanos, y en el metro, se siente uno como en las ciudades caribeñas de nuestro país, la gente es muy alegre y amable. Cada zona tiene una participación étnica y racial diferente lo que la hace una ciudad única en términos de diversidad cultural y por supuesto de conocimiento.
Particularmente Umass Boston es una universidad pública que nace con el propósito de garantizar la formación y la educación de minorías étnicas por lo que ha diseñado toda una infraestructura para el efecto, por ejemplo, el restaurante ofrece diversidad de menús, comida italiana, china, árabe entre otras tantas. Las locaciones son bastantes interesantes pues cuentan con un excelente gimnasio, varios lugares para convenciones, biblioteca, transporte interno hacia el metro y diversas zonas para el estudio y el esparcimiento. Los profesores y administrativos son de diversos países y culturas.
Me sorprende la cultura ciudadana, es común, pues me ha sucedido en varias oportunidades, que se pasa la calle los conductores de vehículos son muy amables y ceden el paso, sin ningún problema, las calles son muy limpias, y el metro igualmente, a pesar de que es un lugar bastante viejo, no ve uno que tenga fallas como los nuevos vehículos de nuestros sistemas de transporte, lo que nos permite concluir que en muchas situaciones el problema no es de la máquina, sino de quien la maneja y administra. En definitiva, invito a todos los lectores a que visiten esta fascinante ciudad, claro está, hay que reconocer el límite del idioma, si de lo que se trata es de estudiar aquí, salvo que lo que se quiera es aprenderlo.
*Docente Facultad Ciencias Jurídicas y Políticas Usco