lunes, 8 de diciembre de 2014

La no violencia


ALFREDO VARGAS ORTIZ


Las décadas de los años 40s, 50s y 60s trajeron a la humanidad una época de barbarie y de confrontación sin precedentes, las II Guerra Mundial genero la pérdida de más de 24.413.000 de vidas, gran parte de ellas de personas civiles inocentes, sin embargo, y ante tanta barbarie la humanidad trajo una forma creativa y diversa de  responder a la violencia con el método de La No Violencia. De allí que la ciudad Massachusetts sea inspiradora para reflexionar sobre este tema puesto que es en esta en donde se escribe el texto sobre La Desobediencia Civil, por parte de Henry David Thoreau, documento que fue conductor de Martin Luther King, Jr. y Mahatma Gandhi, quienes realizaron tremendas hazañas libertarias contra imperios tan poderosos como el británico o contra culturas de segregación racial, blindadas legalmente con su legislación en EE.UU y la India.

Dichas acciones tienen como mecanismo de estrategia para conseguir sus objetivos, la protesta y persuasión, incluyendo marchas y vigilas; la no-Cooperación e intervención no violenta, como bloqueos y ocupaciones pacíficas. Gracias a estas acciones y como en el caso de Martin Luther King, se logró quebrar a una empresa de autobuses que aplicando la política de segregación racial obligaba a los afro-americanos a darle la silla a los blancos, a punto de que su desobediencia implicaría que las persona fuese llevada a la cárcel como ocurrió el 1 de diciembre de 1955, cuando Rosa Parks, una mujer negra, fue arrestada por haber violado las leyes segregacionistas de la ciudad de Montgomery al rechazar el ceder su sitio a un hombre blanco en un autobús.

O como ocurrió con la macha de la sal  en 1930, organizada por Mahatma Gandhi, quien motivo a sus compatriotas a violar el monopolio impuesto por el gobierno británico sobre la producción y distribución de sal.

La No Violencia tiene tal trascendencia que la ONU, definió “El día Internacional de La No Violencia” como el 2 de octubre, en conmemoración del aniversario del nacimiento Mahatma Gandhi, este día es una ocasión para «diseminar el mensaje de la no violencia, incluso a través de la educación y la conciencia pública», «la relevancia universal del principio de la no violencia» y el deseo de «conseguir una cultura de paz, tolerancia, comprensión y no violencia».

Hay muchos ejemplos que nos dejan el método de La No violencia a nuestro país, porque por des fortuna hemos elegido a la violencia, por eso es necesario iniciar proceso de formación en Colegios Escuelas y Universidades en donde se priorice la utilización de estos métodos para arrancar de una vez por todas la utilización de la violencia como un mecanismos para conseguir nuestros propósitos.

*Docente Fac. Ciencias Jurídicas y Políticas Usco.
http://www.lanacion.com.co/index.php/opinion/itemlist/user/10100-alfredovargasortiz


Yo tengo un sueño: la paz




ALFREDO VARGAS ORTIZ


Emulando al gran discurso de Martin Luther King, pronunciado el 28 de agosto de 1963 en el monumento a Lincoln en Washington D.C, quiero señalar algunos elementos necesarios para conseguir el sueño de la paz para nuestro país. Lo primero es reconocer que la paz no es un como algunos imaginan la ausencia del conflicto. La paz es aquel escenario en donde emerge el conflicto pero sus dinámicas no contemplan la utilización de la fuerza para la solución de los mismos, por eso la literatura especializada señala que debemos hablar del manejo de los conflictos y no de su solución, pues ellos se viven transformando constantemente y como la energía, cambian de estado pero nunca desaparecen.

Claro que debe continuar el conflicto, pero la paz es aquel ambiente en donde es posible que existiendo conflicto, este se resuelva a través de la justicia, ningún bien más importante e insustituible como patrimonio de una sociedad es la justicia.

De esta forma, ¿cómo pensar que pueda existir justicia cuando los justos, los pobres, los campesinos, las mujeres, los líderes comunitarios, los defensores de derechos humanos, los niños y las niñas, los jóvenes, los afro-descendientes, los indígenas y en general las personas  de a pie son los que reciben el gran peso de la justicia y los rezagos de la misma cuando se trata de reivindicar sus derechos? ¿Cómo pensar que hay justicia en nuestro país? Cuando se prioriza grandes obras de infra estructura (“El Quimbo” o “El sistema integrado de transporte” en Neiva) y no se define un plan definitivo para acabar con el índice de desnutrición crónica, con la violencia cotidiana, con el hambre, con la pobreza extrema, con la inseguridad, con el analfabetismo, con la miseria de nuestros campos y el desprecio y la poca valía de los recursos públicos por parte de los corruptos que desangran nuestro presupuesto, con una justicia eso si benevolente y dispuesta a colmar de impunidad la responsabilidad de los mismos.

No señores, cuando se habla de paz, los valores vuelven a tener su sentido originario, los corruptos, los que se han enriquecido no por el mérito de sus coherentes acciones, sino por sobreponer el interés particular al interés público van a la cárcel, son sancionadas disciplinariamente, sus bienes son confiscados y regresan al presupuesto público que debe estar en manos de aquellos a quienes descarada mente se les ha negado y se les seguirá negando lo que les corresponde.

La verdadera paz está en el campo y en las ciudades en la lucha política para que los virtuosos nos gobiernen y por eso la invitación sigue vigente como lo diría Luther King “Siempre tendremos que conducir nuestra lucha en el plano alto de la dignidad y disciplina. Una y otra vez debemos elevarnos a las majestuosas alturas del encuentro de la fuerza física con la fuerza del alma”, luchemos por la paz verdadera.

*Docente Usco
http://www.lanacion.com.co/index.php/opinion/itemlist/user/10100-alfredovargasortiz